Finca Ecoluciona
La finca que gestionamos y en la que estamos construyendo nuestro sueño poco a poco, tiene de unos 5000 m2 de superficie, estamos en Málaga, en un pueblo llamado Cártama a unos 20 km de la costa, disfrutamos de un clima mediterráneo transición entre costero y continental, con inviernos suaves y veranos muy secos y calurosos.
Inicios
El primer año del proyecto empezamos con el huerto y el gallinero, nuestra idea era tener verduras frescas, huevos y sobre todo el valioso estiércol de nuestras aves para empezar con la regeneración del suelo cuanto antes. La mayor parte del terreno estaba en una etapa de sucesión temprana con muchas hierbas que nos ayudaron a entender como era, y en que estado se encontraba el suelo. Este estaba muy compactado, con poca materia orgánica y con los síntomas típicos de un suelo explotado con monocultivo, tractor y demás prácticas dañinas para el suelo. Lo bueno es que llevaba tres años abandonado por lo que la hierbas espontáneas ya habían comenzado con el trabajo regenerativo antes que nosotras.
En la actualidad
Ya llevamos tres años en la finca, y hemos implementado la Huerta Experimental de Ecoluciona, un elemento multifuncional que además de darnos los productos típicos de una huerta permacultural, nos sirve de aula, espacio de recreo, sitio de experimentación y por supuesto nos mejora las vistas y el microclima de la casa, ya que está situada justo por detrás de esta, al norte.
Esta parte del terreno era quizás de las más maltratadas, ya que además de un monocultivo, había paso de camiones cisterna con agua, por lo que la compactación era aún peor. Su ubicación protegida del viento, del sol del oeste y cercana a la casa nos hizo escoger este sitio para la huerta.
Dentro de la huerta construimos una charca pequeña, para mejorar el microclima de la zona y tener un espacio de atracción de biodiversidad que nos ayudara desde el principio. La charca entre muchas funciones nos ha permitido crear un rincón tropical donde podemos plantar especies como la Mandioca, Cúrcuma, Papaya, Ñame…
En ella viven tortugas, peces, sapos y varias especies de plantas acuáticas como el Nenúfar o los papiros.
Esta primavera pasada comenzamos con la implementación del sistema que enmarcará en el futuro todo el proyecto, nuestro bosque comestible que tantas veces hemos soñado.
Hemos empezado plantando las primeras asociaciones de plantas, muchas de ellas autoproducidas previamente y otras, sobre todo los árboles frutales, compradas en vivero. A la vez esta zona lleva cuatro zanjas de infiltración en cadena, para proteger el talud de la erosión y ayudar en la implantación del bosque. Hicimos el trabajo grueso con la mini retroexcavadora de nuestro amigo Pedro y después hemos ido plantando durante toda la primavera de 2023.
La evolución y el avance de la primera zona de nuestro bosque comestible ha ido bastante bien incluso con la sequía que estamos sufriendo.
Los árboles han creado nuevas ramas y hojas, las aromáticas y flores han llenado la zona de olor y color, e incluso hemos tenido cosecha de diferentes hortalizas (tomate, calabacín, calabaza, berenjena, maíz…) que plantamos en los gremios asociados a cada árbol frutal.